
1. Principios generales: La tolerancia es la capacidad de adoptar formas flexibles y diversas, frente a la vida, para evitar o disminuir los conflictos y supone el respeto mutuo, mediante el entendimiento mutuo. Es un estado mental de apertura hacia las formas de pensar y actuar de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras. Se puede no estar de acuerdo con lo que le dicen y además, luchar para que tengan la libertad de decirlo.
El ser tolerantes, no implica que deben aceptarse y adaptarse a costumbres o leyes, que vayan en contra de la moral o de las buenas costumbres. Debemos evitar que, por el hecho de nuestra tolerancia, las acciones de otros se conviertan en derechos adquiridos.
Transigir por ser tolerante, en las cuestiones importantes de la vida, es un signo de debilidad, motivado por la incultura, la falta de información, porque no se tiene la certeza de lo que se está tratando o porque no se tiene la valentía de enfrentarse a la familia o a la sociedad.
Tenemos que ser tolerantes con los demás, aunque aparentemente no sean iguales o parecidos. Incluso tenemos que ser tolerantes con sus costumbres, ideas, formas de comportarse, etc. siempre que estén de acuerdo con las leyes vigentes y no molesten a los demás. Esto impedirá que consideremos lo diferente como algo defectuoso, pues puede ser que provenga de unas circunstancias que nosotros desconocemos. El derecho que tienen todas las personas a que se les tolere, se termina cuando su comportamiento ofende o tropieza con los derechos de los demás.
Tenemos que formarnos para estudiar y comprender, las conductas de los demás y así poder ser más tolerantes, pues ser tolerantes impide despreciar lo que se ignora. Si conseguimos conocer las circunstancias que tienen cada grupo étnico, civil o social, evitaremos actitudes de cautela o desconfianza con nuestros prójimos, pues existen actitudes, que son consideradas adecuadas en una cultura y no lo son en otras.
2. Obligaciones de los padres:
Los comentarios, gestos o actitudes negativas hacia otras personas o grupos, realizadas por los padres, son el mal ejemplo, que los padres no deben transmitir a sus hijos, pues aunque se hagan en la intimidad del hogar o aparentemente en privado, siempre transcienden a los hijos, que algún día se les quedara grabado en la mente y lo exteriorizaran, en perjuicio de ellos y de sus prójimos. Por lo que los padres tienen que evitar que se incruste en los hijos, desde su temprana edad, motivada por las conversaciones que oigan en casa o por las acciones que vean a los mayores.
Los padres deben ser tolerantes, en los conceptos normales y a la vez, intransigentes en los conceptos fundamentales. Pero no se debe ser ofensivo, ya que más se consigue con miel que con hiel y siempre habrá la oportunidad, de reconsiderar las opiniones, a través de estudiarlas en profundidad o pidiendo el consejo a especialistas profesionales.
Los padres deben ser firmes, en las decisiones de asuntos esenciales, pero serenos, en la forma de expresarlas y no deben ser tolerantes con los hijos, en los conceptos de su formación familiar, religiosa, educativa o social. Tienen una responsabilidad adquirida y no la pueden ni delegar, ni renunciar.
Ahondar en el valor humano de la tolerancia, permite aprender la importancia de soportar nuestras mutuas debilidades y nos permitirá tolerar en otras personas los defectos similares a los nuestros, pues es muy fácil encontrar defectos en el prójimo y muy difícil tolerárselos y mucho más elogiárselos.
3. Inmigrantes, extranjeros o nacionales:
Los padres tienen que enseñar a los hijos, en beneficio de ellos mismos, a ser tolerantes con los demás y a convivir de forma, que todos puedan practicar sus costumbres. Es cierto que la tolerancia de unos, obliga también a los tolerados a mantener un profundo respeto por las leyes, normas y costumbres de la comunidad donde han sido acogidos.
La tolerancia es la auténtica prueba de civilización y por lo tanto, el soporte de la paz entre las personas, las comunidades y las naciones. Ante Dios y ante la historia, todos seremos responsables, si no somos lo suficientemente tolerantes para evitar las discordias, los problemas, las víctimas y el dolor que supone la intolerancia.
4. Negros, hispanos y otros colores o culturas:
¿Cómo es posible que alguien hable mal de otras personas, si esas diferencias las tiene incluso en su propia familia o amigos? Es cierto que en algunas sociedades hay y ha habido leyes, que permiten la intolerancia con otras razas o creencias, que no sean las dominantes, pero son leyes absolutamente injustas e inhumanas, que nadie está obligado a cumplir. Ejemplos claros fueron las leyes contra los esclavos, contra los judíos, contra los gitanos, contra los vencidos, etc.
5. Homosexuales, lesbianas, etc:
La tolerancia no significa la admisión de sus actividades, se trata de intentar comprender y amar a los que las practican, pero sin que por eso los hijos pierdan los principios básicos de los valores humanos universales. Los hijos nunca deben caer en la tentación de que, por ser tolerantes también deben adaptarse a las cosas, que no están bien hechas. La tolerancia es contraria a la adaptación cómoda.
Se debe estar en contra del homosexualismo, pero también se debe tener mucha tolerancia con los homosexuales, siempre que su ejemplo no sea perjudicial para las personas más débiles. Aborrecer la homosexualidad, no es aborrecer al homosexual, por la misma razón de que odiar el hambre, no supone odiar al hambriento, ni odiar el sida, significa aborrecer al que tiene esa enfermedad. Nadie es quien para pedirles cuentas de los actos que realicen en privado, solamente tendrán que arreglarlo con su conciencia. La mayoría de las veces, desconocemos los motivos de sus actitudes y si estas han sido por motivos genéticos o adquiridos por su propia voluntad. Debemos enseñar a respetar, el que todas las personas tienen derecho a ejercer su libre albedrío. Aunque denominar matrimonio, a la unión homosexual es un insulto, pues hay un límite, en donde la tolerancia deja de ser virtud.
6. Estereotipos:
A todo el mundo le gustaría estar lo más cerca posible, de la perfección física e intelectual y ser de la raza dominante, pero nadie tiene derecho a criticar a los demás y menos, a encasillarles despectivamente en un grupo.
7. Riqueza y pobreza:
La calificación colectiva, despectiva, entre ricos y pobres, es una de las mayores causas de los problemas entre las naciones, los grupos y las personas individuales. Suele ser causa de problemas, el añadir estos calificativos a conceptos como escuelas, iglesias, barrios, amigos, familia, etc.
8. Cultura:
El hecho de tener un tipo de educación elevada, no debe ser causa de discriminación hacia otras personas, mas bien la tolerancia puede convertirse en una virtud, cuando la utilizamos para que los hijos intenten pasar desapercibidos, sin demostrar arrogancia con sus conocimientos o posición cultural y académica.
La tolerancia nunca debe estar soportada por la creencia, de que es un derecho adquirido, que se ejerce en función de la benevolencia de las personas. Nadie adquiere el derecho a ser benevolente, es una virtud que se debe ir adquiriendo con la práctica, para que vaya creando hábito y así poder ejercerla con naturalidad.
9. Religión:
Tolerando los defectos del prójimo, es donde mejor se ve y se practica esta virtud, pues muchas veces, vemos los pequeños defectos del prójimo, pero no vemos los propios, aunque si nos gusta que nos toleren si hemos cometido algún error o han visto alguno de nuestros defectos.
El miedo y la ignorancia, son las principales raíces que causan la intolerancia. Se debe ser tolerante por respeto a las otras personas, siempre que mantengamos nuestros principios básicos, aunque nos molesten o no estén de acuerdo con nuestros pensamientos.
10. Sentencias relacionadas:
Se tolerante con tú enemigo, porque es el primero que ve tus defectos.
Hay ciertos defectos que si fueran tolerados, brillarían más que las virtudes.
Los defectos del gran hombre, son el consuelo de los necios que no los toleran.
La vida enseña más a ser tolerante, que todas las universidades.
Si quieres encontrar las perlas de los amigos, debes tolerar los defectos que tienen.
Los defectos de los demás, acrecientan en los sabios la tolerancia.
Tolerar la impuntualidad, hace a las personas que sean descuidadas.
Si los ojos los usáramos para ver lo que nos toleran, descubriríamos rápidamente nuestros defectos, que no vemos.
Si no hubiera defectos, no habría tolerancia.
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